Antes de todo, queremos manifestar nuestra más firme condena a los actos terroristas perpetuados este pasado viernes en París, donde el Estado Islámico ha sembrado el horror. Y también nos solidarizamos profundamente con las familias de las víctimas así como con los numerosos heridos que hay. Estos actos de terror deben ser combatidos en todos los frentes posibles para evitar episodios similares.
Dicho esto, mostremos nuestras previsiones para el euro. El tipo de cambio de una moneda frente a otra, muestra y cotiza la diferente evolución de las economías en cuestión, así como las políticas monetarias de cada país. En el caso que nos ocupa, EEUU y Europa están creciendo a tasas similares, por lo que la cotización del euro frente al dólar está penalizada principalmente por la fuerte e inusual discrepancia entre las políticas monetarias de la Fed y del BCE. Veamos esto con más detenimiento.
Por una parte, el banco central de EEUU, la Fed, está pensando subir próximamente los tipos de interés, algo que al BCE no se le pasa por la cabeza. Y está pensando subir tipos ya que los datos de creación de empleo en EEUU durante el pasado mes de octubre han sido especialmente buenos, con 271.000 puestos de trabajo creados frente a una previsión de 183.000. Consecuentemente, la tasa de paro cayó del 5,1% al 5%, lo cual refleja que los datos de empleo son suficientemente sólidos para permitir una primera subida de tipos en diciembre. Bien es verdad que faltan los datos de noviembre, por lo que este dato será de especial relevancia cuando se publique. Además, los ingresos medios por hora se han disparado a niveles no vistos desde 2009, hecho que la Fed consideraba necesario antes de subir tipos.
Sin embargo, la Fed no sólo tiene en cuenta los datos de empleo para mover los tipos de interés, sino que también tiene como objetivo situar la inflación en el 2% en el medio-largo plazo. Y en este punto los datos no se están moviendo en la línea que querría la Fed antes de subir tipos, ya que la fuerte caída de las materias primas está haciendo que la inflación se mueva en los entornos del 0%, casi plana. Por tanto, hay expectativas de subidas de tipos en la reunión de la Fed el próximo 16 de diciembre, pero esto está todavía por confirmar. Lo importante es que dicha expectativa de subida de tipos en EEUU, tira al alza al dólar y presiona a la baja al euro, por lo que el par de divisas euro/dólar cae.
Y a este factor hay que unir otro muy importante: el BCE planea un aumento del programa de expansión cuantitativa para el mes de diciembre, lo cual significa darle a la máquina de imprimir billetes (o euros), y esto lógicamente presiona a la baja al euro.
Con todo esto, diciembre podría constatar los rumbos casi opuestos de las políticas monetarias del BCE y de la Reserva Federal de EEUU (la Fed). Y la consecuencia lógica es que el euro mantiene una tendencia bajista a largo, medio y corto plazo. Veamos esto a nivel técnico con detenimiento.
En primer lugar, veamos la evolución del euro desde un punto de vista del largo plazo. El siguiente gráfico nos muestra su comportamiento desde 1984, y vemos que el euro sigue una dirección al alza a muy largo plazo desde entonces, a través de una directriz alcista de muy largo plazo de color rojo. Los precios se apoyaron en ella en 1985, en los años 2001-2002, y ahora vuelve a buscar apoyo en dicha directriz. Por tanto, este hecho es significativo, pues en la zona de los 1,05 podría encontrar apoyo gracias a dicha directriz de muy largo plazo, y de ahí retomar su senda alcista.
Sigue.