Esta entrada pretende aportar todos los argumentos por los que creemos que las bolsas van a seguir cayendo en los próximos meses, ya que no creemos que el castigo bursátil sufrido en las últimas semanas haya acabado, ni que sea un buena oportunidad para comprar acciones (todo lo contrario, creemos que es momento para venderlas).
1. CRECIMIENTO ECONÓMICO MUNDIAL DECEPCIONANTE Y LA BAJA.
En primer lugar, nos encontramos con que el crecimiento económico mundial será "decepcionante y desigual" el próximo año, según ha advertido recientemente la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde. Estamos asistiendo a una desaceleración generalizada del crecimiento en las potencias emergentes, y como éste no va acompañada de una aceleración suficiente del dinamismo de los países ricos, el ritmo de crecimiento de la economía mundial se está resintiendo. Además, en muchos países el sector financiero aún tiene debilidades y en los mercados emergentes los riesgos financieros están aumentando, por lo que el crecimiento mundial irá a la baja en el 2016.
2. DESACELERACIÓN ECONÓMICA DE CHINA.
La caída en la tasa de crecimiento de la segunda economía del mundo, con un 15% del PIB mundial, está teniendo un claro impacto global en todos los mercados financieros, tanto bursátiles como divisas y materias primas. El hecho de que la economías de China se esté desacelerando y necesite modificar su patrón de crecimiento resulta preocupante.
Además, existe una falta de transparencia sobre las cifras de crecimiento real en China así como una incertidumbre creciente sobre la capacidad de sus dirigentes para lograr una desaceleración suave de su economía. Y si todo esto fuera poco, la bolsa de China tiene un fuerte potencial de caída (en nuestra opinión de más del 60% como detallaremos en próximas entradas), ya que ahora está sufriendo un desplome proporcional a la burbuja bursátil experimentada, ya que entre junio de 2014 y junio de 2015, Shanghái se revalorizó un 150%, y desde junio de 2015 se está desmoronando.
3. NUEVA DEVALUACIÓN DEL YUAN CHINO.
La devaluación encubierta o no del yuan chino vuelve a preocupar y mucho como ya lo hizo en agosto. La caída es del 2,5% y estamos en la primera semana del año. Pekín ha justificado esta devaluación por la necesidad de mantener el valor de su moneda estable frente a una cesta de divisas que a su vez pierden valor frente al dólar, apreciado desde que la Reserva Federal empezó con la subida de tipos.
Pero muchos analistas especulan con que China podría estar llevando a cabo una devaluación encubierta para reactivar sus exportaciones y su crecimiento, más débil de lo habitual en los últimos años; es decir, existe un claro temor a que China continúe con más devaluaciones competitivas.
4. GUERRA DE DIVISAS
Asimismo, podrían aparecer problemas por el hecho de que la FED subirá los tipos de interés mientras el BCE, el Banco de Japón y el Banco Central Chino mantendrán políticas monetarias expansivas. Esto podría generar bruscas salidas de capital de algunas economías emergentes y depreciación de sus monedas, lo que podría llevar a problemas para hacer frente a la deuda de aquellos países (y sobre todo empresas) que se hayan endeudado en dólares y sean exportadores de materias primas.
Por tanto, si se producen movimientos cambiarios de apreciación del dólar contra las demás monedas y de aumento de la volatilidad bruscos, podríamos volver a vivir episodios de 'guerra de divisas', en los que las distintas potencias se recriminen mutuamente que sus políticas monetarias buscan empobrecer al vecino, lo que podría desembocar en tensiones proteccionistas.
5. AUMENTO DE LOS TIPOS DE INTERÉS EN ESTADOS UNIDOS.
Otro factor económico de incertidumbre es cómo van a reaccionar los mercados financieros (bursátiles, de bonos y de divisas) ante la subida de tipos de interés en Estados Unidos. Todavía el mercado no sabe el ritmo definitivo que va a seguir la FED para subir los tipos de interés. Recientemente, un miembro del banco central de EEUU (Fischer) dejó caer que habría cuatro subidas de tipos en 2016, y este posible ritmo acelerado es negativo para las bolsas y todavía no está descontado por el mercado. Además, estamos viendo datos de creación de empleo muy robustos en EEUU, lo cual aumenta el miedo a las subidas de tipos excesivas por parte de la FED.
Por otra parte, existe una fuerte preocupación por el efecto en otras economías, especialmente las emergentes, ya que muchos países han incurrido en deudas que incluyen una parte significativa en dólares, por lo que los tipos de interés en aumento y la fortaleza del dólar podrían dar lugar a incumplimientos por parte de empresas, y extenderse peligrosamente a los bancos y los estados.
SIGUE.
6. EFECTOS DE LA CAÍDA DEL PETRÓLEO Y DE LAS MATERIAS PRIMAS
Aunque en principio los efectos sólo serían perjudiciales a muchas economías emergentes que son productoras de materias primas y de petróleo, algunos analistas piensan que este fuerte desplome es la antesala de una nueva recesión económica a nivel mundial.
Nosotros no somos tan catastrofistas, pues un precio del petróleo tan bajo va a beneficiar a muchas economías (como a España, Europa, EEUU, Japón, etc); sin embargo, pensamos que hasta que el mercado del petróleo no se estabilice, no se trasladarán a las bolsas sus efectos positivos.
7. MENORES BENEFICIOS Y VALORACIONES SIN RECORRIDO AL ALZA
Las continuas subidas experimentadas por las cotizaciones bursátiles durante los últimos años encontraban un fuerte soporte tanto en el aumento de los beneficios de las compañías como en unos múltiplos o valoraciones atractivas. Sin embargo, ahora no se ven razones para que aumenten los beneficios al mismo ritmo que el anterior, y en cuanto a las valoraciones muchos expertos no ven mucho más espacio para que se expandan.
8. RIESGOS GEOPOLÍTICOS
No vamos a enumerar todos los posibles focos de conflictos, pero lo que está claro es que la situación geopolítica tampoco es que sea un factor positivo, con países como Corea del Norte haciendo pruebas nucleares.